Mi abuelita es una de mis mejores concejeras, me gusta llenarla de abrazos así como a mi madre. A mi madre muchas veces le molesta que le toque, que le abrase; y es justo por eso por lo que procurando darle la contra la abrazo más.
Aunque tengo 19 años aún tengo actitudes de infante, lo reconozco y muchos familiares también me lo han dicho. Me encanta cantar a solas o que me escuchen y mientras canto variar la entonación, tratando de imitar la voz del cantante original, eso es algo que me fascina.
En la actualidad vivo con la disyuntiva de no saber si voy a seguir con la carrera que actualmente estoy cursando. “No me gusta; siento que todo me va mal porque nada de esto me gusta. No me inspira”, son palabras que comúnmente repito en casa.
Creo que muchos ya se habrán cansado de oírlo, pero lamentablemente esa es mi naturaleza, soy muy enfático cuando decido decir lo que siento sobre todo si no me gusta. Una de las cosas que más terror me ocasionan son las entrevistas y lo que más me gusta es tomar fotografías. Y respecto a esto me encuentro con otro dilema: no poseo la cámara que para mí sería la ideal para hacer trabajos de fotografía, me gustaría tenerla, pero no tengo dinero. Muchos en casa me han dicho que debería ponerme a trabajar.
Creo que tiene razón, pero me siento que no soy lo suficiente maduro para afrontar una situación como esa. “Si apenas puedo con la universidad, como sería con el trabajo”, es la frase que coloco para justificar mi situación de no poder trabajar, según yo. Suena infantil e inmaduro, bien juzgado, pues eso es lo que es. Es cierto pero lamento que pocas cosas me animen a progresar, mi cabeza más me lanza al abismo con frases pesimistas. “Tú lees cosas pero no te entran”, me dice mi madre cuando empiezo con mis broncas. Si he leído un poco acerca de eso El Secreto, la biblia, libros de grandes pensamientos; pero como dice mi madre mi mal genio puede más que esa tremenda sabiduría. Tal vez muchos se aburran de lo que cuento, ese es también uno de mis mayores defectos, pensar por anticipado lo que los demás creen de mí.
Sin embargo, tengo un gran sueño. Viéndome cantar antes millares de personas. Voces que me aclaman. Me veo viajando en un aeroplano alrededor del mundo. Me veo enseñando sobre eventos paranormales ha distintas personas. Me veo con mi compañera, con mi posible esposa, cantando en un karaoke. Ese es un sueño tal vez raro: conocer a mi posible compañera en un karaoke. Enamorarme de su espíritu y de su voz melodiosa.
Ese soy yo en la actualidad, tal vez sea un gusano que aun no salió del capullo, un pedazo de diamante en bruto o solo un pájaro que no encuentra nido en donde descansar.
Como me gustaría que realmente la vida fuese diferente, pero aun esa realidad que imagino solo es un espejismo, pero en medio de todo tengo a Cristo al lado en quién puedo confiar, se que él nunca me ha decepcionado; yo cientos de veces.
Muchas veces procuro defender la credibilidad de Dios, como cuando aparecen gente atea; pero lo terrible es que la soberbia gana campo y en vez de hacer algo para la gloria del Señor es más para querer presumir de sabio. Mi abuelita me dijo: “No es necesario que hagas eso, ya que el Señor no necesita que nadie lo defienda. Más bien procura actuar como a él le gustaría que actúes”.
Y eso creo que es lo que debería hacer. Una vez el decano de la César Vallejo dijo en clases: “la biblia es el alimento del espíritu”. Eso lo rescato mucho porque estoy seguro que así es. Si fuese capaz de ser sabio en la gracia de Dios, de seguro que mi vida sería mucho mejor. En principio todo sufrimiento que tengo sería una alegría y aceptarme como soy sería algo sencillo. Y sería capaz de atraer a la gente y crear amistad en ella. De seguro que sí. Lo creo y quiero ponerlo en práctica.
Esto espero que quién lo lea, si le sucede lo que a mí; le digo aunque no crea; que aunque sea intentándolo tal vez vea que su vida cambie. Le deseo que sea feliz y Cristo te hace feliz como nunca lo puedes haber pensado. Téngalo por asegurado.
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