Ojalá volviera en el tiempo y toda aquella pesadilla pasase.
Es que: ¡es querer arrancarse la piel del cuerpo!. Una adicción sin importar su origen no se quita ni con lejía.
No importa si eres doctor, poeta, escritor o sacerdote, a todos por igual los choca y los hunde haciéndoles peores que cerdos.
¡Caray! ¿Por qué soy varón? ¿Por qué esas imágenes me torturan y luego me tratan de atrapar de nuevo para dejarme de nuevo en el fango?
Es que estando como adolescente las hormonas se me enloquecen y a pesar de no querer mis instintos animales florecen.
Si no fuese por Dios como cavernícola hace rato ya me habría llevado a muchas chicas a la c..a..m..a. Me da vergüenza pero eso es lo malo de ser varón.
Frente a una mujer guapa y de proporcional fisionomía hasta de la mansa paloma el otorongo sale a cazar.
Sin embargo queda por algo la cabeza, por algo; para evitar hacer más huevadas.
Y ese es el punto… y es el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario